Mané Castro Videla - Mujer Poeta y Artista Plástica Argentina - Española

miércoles, 11 de julio de 2012

Infidelidad



Evoca conceptos muy diferentes en cada persona. Producto de la educación recibida, el contexto social de la pareja, los condicionamientos internos y externos, las consecuencias y formas de afrontar una infidelidad serán muy personales.
Lo único que podemos acordar es que entendemos una infidelidad como la ruptura de un compromiso de amor exclusivo hacia una persona, y por lo general está ligado a ideas de traición, mentira, engaño, decepción...
Pero como una pareja está compuesta por un hombre y una mujer, y ambos sexos no se comportan ni reaccionan de la misma manera frente a idénticas circunstancias, es oportuno señalar las diferencias.

En el caso de las mujeres, hay estudios que demuestran que el principal factor de infidelidad es la rutina, el aburrimiento y el deseo intenso de recuperar el encanto de una relación sentimental. Si bien hay ciertos componentes físicos, predominan las sensaciones de vitalidad y rejuvenecimiento que le produce sentirse nuevamente deseada, admirada y contenida. Contraria a la creencia colectiva, la mujer es tan infiel como el hombre. Para poder detectar una infidelidad femenina bastará con tener en cuenta algunas actitudes como cierto sarcasmo en su manera de hablar, retrasos laborales más frecuentes, poco interés en el sexo y en recuperar la relación.

En cuanto a los hombres, las infidelidades están más ligadas al sexo y por lo general poco tiene que ver con el aspecto sentimental de la relación. El apetito sexual masculino busca saciedad en una relación clandestina, y al ser preguntados, muchos hombres no lo consideran como una "traición". Una particularidad es que una vez satisfecha su necesidad de sexo, la relación suele finalizar. Una infidelidad masculina es detectable por las frecuentes llamadas "misteriosas", demoras "laborales", aspecto más arreglado, gastos que no pueden justificarse, etc.
Muchas parejas no pueden superar o perdonar una infidelidad de la persona que eligieron para compartir sus vidas, sin embargo, muchas otras, deciden renovar sus compromisos, establecer nuevas condiciones y no volver a hacer mención del incidente, y logran superar el trance.
Aunque existe un preconcepto socialmente aceptado que establece que detrás de una infidelidad se esconde un nuevo amor, una situación cuya importancia se torna insostenible, o motivos de gran envergadura, sorprendería saber que por lo general, las infidelidades se producen por causas mucho más triviales.

la búsqueda de nuevas experiencias
  • el deterioro de la pareja fruto de la rutina, especialmente después de varios años de convivencia
  • la insatisfacción emocional
  • la inseguridad personal que lleva a confundir una infidelidad con un logro personal
  • el ánimo de venganza por haber sido victima de una infidelidad
  • la crisis de los 40 que genera una necesidad de sentirse joven y vital
  • la pérdida de la atracción física dentro de la pareja
Conviene aclarar que mundialmente existe lo que podría llamarse una “doble moral” respecto de la infidelidad, especialmente en cuestión de género: nunca será igual visto un “hombre infiel” que una “mujer infiel”, pues en el primer caso se entiende como propio de la naturaleza masculina y consolida un falso prestigio vinculado al éxito y la seducción. En el caso de las mujeres, la infidelidad es socialmente más castigada pues se relaciona con la falta de principios, la promiscuidad y la traición.
Tal vez por esta razón es que las mujeres tienden a sentirse más culpables y suelen confesar su accionar frente a su pareja con mayor facilidad que los hombres.

En todos los casos una infidelidad representa la ruptura de un vínculo que fue establecido con libertad (generalmente), madurez y compromiso. Lo que suceda después de comprobada la infidelidad será producto de la educación, contexto y tolerancia de cada uno de los integrantes de la pareja para consigo mismos y para con el compañero.

EL COMIENZO .... de La Infelicidad!

Para algunos, la infidelidad es un acto carnal. Para otros, sin embargo, bastará con una simple intención de deseo para demarcar el inicio de una infidelidad. Lo cierto es que no hay un límite específico, sino una percepción específica para cada persona que indica cuándo una conducta pasa a ser inmoral, inapropiada, o simplemente: infiel.

Se entiende por infidelidad, en el sentido estricto de la palabra, a “la falta de fidelidad”, es decir, al incumplimiento de pactos explícitos o tácitos entre dos o más personas. En el sentido de parejas, la infidelidad se entiende como la falta de fidelidad y apego (sentimental, respetuoso) entre ambas partes de la pareja, sea cual sea su vínculo de unión.

La infidelidad puede ocurrir en múltiples planos. Desde el físico hasta el emocional, e incluso en conductual. Dependiendo del diálogo y de las condiciones internas de la pareja, puede explicarse el comienzo de una infidelidad en el momento del acto íntimo extramatrimonial o externo a la pareja, o también como la mera intención de infidelidad. Cada pareja tendrá, entonces, un límite propio que demarque el comienzo de la infidelidad.

Por lo mismo, no se puede explicitar el comienzo de una infidelidad como un momento específico que sea aplicable a todas las parejas y relaciones. Para una parte de la pareja, la infidelidad puede comenzar en la consecución del acto físico: su pareja besando, tocando o teniendo intimidad física o sexual con otra persona. Al mismo tiempo, para la otra parte de la pareja, la infidelidad pudiera comenzar en un simple sueño, en un deseo oculto o expreso, o en una mirada a través del salón con otra persona.

De igual modo, la infidelidad puede tener sus límites flexibles dentro de las parejas. Es bien sabido que las parejas swinger (que practican actos de intimidad con otros, previo consenso con sus parejas), o las parejas que permiten el adulterio previo consentimiento, poseen un código propio de infidelidad, que dictamina cuándo está “bien” y cuándo está “mal” cometer el acto de infidelidad, sea físico o –mayormente- emocional.

Los celos, la incertidumbre y la baja autoestima son algunos de los motores que impulsan tanto el descubrimiento de una infidelidad, como también su aparición. La confianza y el diálogo son, entonces, las mejores armas de batalla, tanto para la prevención de la infidelidad, como para su descubrimiento, manejo, y potencial aceptación y perdón.

Se debe recordar que no todo acto de intimidad fuera de la pareja conduce o significa un acto de infidelidad. Muchas personas encuentran incompatibilidades en gustos y apreciaciones con sus parejas, que hallan presentes en otros. Así, se suele encontrar compañeros de trabajos, de hobies, de actividades de todo tipo, con quienes se comparte una intimidad especial, sin que ello suponga un acto infiel.

Nuevamente, la comunicación abierta y respetuosa y la honestidad en las comunicaciones son esenciales para evitar malos entendidos, y para permitir espacio vital a la otra parte en toda relación de pareja.

Una de las peores traiciones hacia nuestra pareja o por parte de ella es la infidelidad. Generalmente pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo la infidelidad es el resultado de la crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace porque busca en otra persona cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales que su pareja no le da.

La infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan. La lista de razones es interminable, pero los sexólogos especialistas en terapia de pareja coinciden en que en todas se intenta satisfacer las carencias en la parejas

las 9 razones más comunes

1. Nos sentimos devaluados. Terminado el enamoramiento, enfrentamos a la pareja real y olvidamos a la idealizada, y sus conductas no siempre placenteras en la convivencia defraudan nuestras expectativas. Si la pareja nos abandona al centrarse sólo en sus objetivos personales y no en los de ambos, y al mismo tiempo nos relacionamos con una persona distinta que nos hace sentir más valorados, la elegimos inconscientemente como nueva compañera. Principalmente para las mujeres, es muy importante sentirnos bellas y deseadas por nuestro hombre. Si no se cumple nuestro objetivo, sentimos una gran frustración y se devalúa nuestra autoestima.
Una forma de sentirnos de nuevo atractivas y deseadas, es siendo cortejadas en una relación extramarital

2. La monotonía. Cuando nuestra pareja descuida el tiempo en común por sus actividades personales y deja de tener detalles cariñosos con nosotros, sentimos que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y nos empezamos a sentir encadenados a pasar el resto de nuestros días en una relación que ha perdido su encanto. Un matrimonio sumido en la rutina y en el aburrimiento se puede venir abajo a causa de un encuentro con un intruso que llegue y nos aborde con el misterio, encanto y riesgo de los que carece nuestra relación.

3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja. Si a pesar de sentir un gran amor por la pareja, en la cama no encontramos nada excitante, nos vengamos teniendo relaciones sexuales con otra persona, porque estamos enojados con nuestra pareja que no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo nuestras fantasías sexuales.

4. Dependencia emocional de los padres. Si nuestra pareja no es emocionalmente independiente de sus padres y no establece límites respecto a ellos, esta conducta infantil nos hace sentir sin su apoyo, y nuestra necesidad insatisfecha de ser escuchados y atendidos nos impulsa a buscar una relación extramarital.

5. Buscamos nuevas sensaciones. Si se acaba la seducción del enamoramiento y se vive en el hastío de una relación, hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte motor para buscar un affair.

6. Idealizamos a la pareja. Para continuar idealizando a nuestra pareja, muchas veces elegimos como amante a una persona totalmente opuesta. Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con el amante y no con la pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de "decente".

7. La pareja lo permite. Se dan casos en que la pareja está de acuerdo en que tengamos relaciones extramaritales, porque es consciente de que necesitamos satisfacer las deficiencias que existen en nuestra propia relación.

8. Sentimos amenazada nuestra libertad. Cuando la pareja es asfixiante o nos da pavor perder nuestra independencia y quedar atrapados en una relación, intentamos sentirnos libres cometiendo actos de infidelidad.

9. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.

La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que atravesamos como pareja. Si buscamos en el fondo, descubriremos que somos infieles cuando no encontramos en nuestra pareja lo que buscamos y nuestra relación no satisface completamente nuestras necesidades. Sin embargo, superar la crisis dependerá de la forma en que podamos comunicarnos como

Quién es la mujer infiel?
Para que haya infidelidad tiene que haber una relación firme y seria previamente. No estamos hablando aquí de las chicas que tienen varios novios, de las que tienen varias citas a la semana o de las que prefieren no comprometerse con un hombre en particular.
Estamos hablando de una mujer que, una vez comprometida emocionalmente y/o legalmente con un compañero, mantiene una relación sentimental con una tercera persona.
Una mujer insatisfecha con su vida de pareja.
Una mujer que no se resigna a no disfrutar de todos los aspectos de su vida sentimental pero que no se atreve a romper con la situación de pareja que tiene, aunque no esté totalmente feliz dentro de ella. Esa es la mujer que estamos analizando.
Los típicos hombres que andan con muchas más tarde o más temprano terminan poniendo los cuernos a su pareja. En un 99,9% de las veces. Algunos pueden aguantar 5 años, hasta 10 años esforzándose pero más tarde o más temprano terminan poniendo los cuernos al menos que terminen entrando en una espiral de súper calzonazos al más puro estilo Jesulín de Ubrique. Un hombre promiscuo ve las mujeres como objetos con los que se tiene que aparear.
Cuando está con una puede enamorarse pero ese amor irá despareciendo y las ganas de perforar un agujero saldrán más y más a la luz. Hay algo que mantiene enganchado a un hombre promiscuo a parte del amor y es el magnetismo de la superioridad de su chica, de ser mandado y dominado.
Eso no se lo dan otras mujeres así que esa sensación les reconforta y les priva de la infidelidad. Sin embargo… ¿Cuánto tiempo aguantarán? ¿Y conseguirán aguantar?

Un hombre promiscuo es como una bomba de relojería, puede estallar en cualquier momento o puede pasar un milagro, encasquillarse y no estallar jamás. De pasar, puede pasar…

Lo más triste es que ese rollo egoísta total vuelve loco a muchas mujeres que son capaces de aguantar todo tipo de humillaciones con tal de estar con esos seres sumamente egoístas. Un hombre egoísta es aquél que solo hará lo que le de la gana y no cederá ante los demás o si lo hace lo hará con un fin o por pasar el rato, no hacen nada desinteresadamente. Puede parecerlo, pero no.
Son personas que utilizan argumentos absurdos o tachándonos a los demás de locos para justificar sus actos.
Por ejemplo, dicen cosas como que no quieren estar atados porque lo natural es ser liberal y estar con muchas, que los humanos estamos en pareja por tradición, que no es ficticio y natural.
Por supuesto todo para justificar que nosotros somos los anormales y ellos son los cuerdos.

Estos egoístas compulsivos llegan a causar un tormento emocional y contradictorio en sus parejas que empiezan a creer tonterías con tal de justificar los actos de su egoísta compulsivo         

El hombre pasota es aquél al que le da igual todo. No siente afecto por prácticamente nadie, no es que sea egoísta, es algo diferente, simplemente es que es un pasota. Le da igual el trabajo, sus amigos, generalmente le importan poco las consecuencias de sus actos y persigue la emoción del momento

Los hombres sin valores también suelen ser bastante egoístas. Sin valores significa que pueden vender droga, hacer una putada muy gorda a un amigo y verlo como algo completamente normal, ellos no están haciendo nada malo y si lo hacen y lo saben dicen cosas como: “mientras no te lo hagan a ti o no te afecte, todo vale”.

Los humanos nos ayudamos porque tenemos valores, también por el cariño pero los que lo hacen por buenos valores son los que cambian el mundo.

Racistas, ultraderechistas etc.. etc.. Cualquier hombre con una ideología radical o con ideologías carentes de valores son hombres potencialmente infieles, es decir, que pueden ser infieles durante su relación de pareja, no tiene porque ser de forma habitual, pero si lo serán de vez en cuando.

¿Como iba a importarle acostarse con otra mujer que no sea su pareja a un hombre que odia a otras personas solo por su raza? ¿Cómo iba a importarle a un hombre acostarse con otra mujer que no sea su pareja cuando distribuye cocaína por un puñado de euros y se carga la vida de chavales?

Hay muchos hombres que van forjando sus valores y pueden cometer estos errores, esto es parte de la vida, lo malo es cuando encuentras esa persona en esa fase o si es una persona que no evoluciona y se queda estancado sin valores, entendemos por valores valores pésimos y egoístas.

Quizás lo más definitivo para ver si un hombre es potencialmente infiel o lo será es ver su actitud con los demás, todo esto se basa en actitud. Determinados valores reflejan determinada actitud y esta actitud es la que provoca la infidelidad de los hombres infieles.            

Señales:

* Cambio en su forma de ser contigo, si encuentras que tu pareja está más fría, distante, ya no suele expresarte su cariño, cuando está junto a ti se muestra aburrido(a), cansado(a), o de mal humor; algunas mujeres de pronto se muestran más alegres o entusiastas que antes.

* Evita tener intimidad contigo y no sólo intimidad sexual sino que prefiere no pasar ya mucho tiempo a tu lado, teniendo diferentes excusas como más trabajo, malestares físicos ( agotamiento, dolor de cabeza etc. ).

* Cambio en su rutina, de pronto te dice que debe quedarse a trabajar hasta más tarde o tiene reuniones más frecuentes ya sea de trabajo o con sus amigos o hace viajes para ti imprevistos, algo que no pasaba antes y no ha cambiado de trabajo, debes preocuparte y más si le sugieres acompañarlo en el viaje y se rehúsa o se molesta por tu planteamiento.

* Te pide tiempo porque afirma estar atravesando una crisis personal y necesita alejarse de ti para poner en orden sus ideas, que no puede explicarte lo que le pasa ( a lo mejor no sabe como decirte que ya no quiere seguir contigo ).
* Comienza a hacerte regalos que antes no hacía, podría estar queriendo compensarte de alguna forma por sentirse culpable.

* Comienza a ocultarte cosas, como su rutina, ya no contesta el teléfono frente a ti o se expresa con "sí " o "no" ante una llamada, debes prestar atención.

* Si las amistades comunes los miran o te miran diferente es posible que sepan algo y no te lo pueden contar.

* Comienza a preocuparse más por su apariencia física, se inscribe en un gimnasio, compra ropa nueva, se cambia el color del cabello, se perfuma más a la hora de salir.

* Te hace comentarios de cosas que cree haberte contado y no lo ha hecho.

* Cae en contradicciones y se molesta si se lo haces notar, porque te dijo una mentira y lo olvidó.
* Ya no hablan de planes futuros.
* Te encuentra muchos defectos y está presto a discutir contigo por cualquier motivo, te hace creer o pensar que ya nada de ti le gusta y todo le molesta, o en cuanto llega a casa está de mal humor. Las mujeres que son infieles ya no se molestan con las cosas que antes le irritaban de su pareja, por ejemplo llegan tarde y no preguntan, también la mujer suele mostrarse más irónica y sarcástica cuando es infiel, o no le importa que la relación se arruine y termine.
* Si antes no lo hacía y cada vez que llegan a casa después de una reunión o del trabajo tanto él o ella se bañan es que quiere quitarse olores de encima.

* Pasa más tiempo en el ordenador o se conecta cuando uno de los dos ya duerme o entras donde está conectado y se pone nervioso o te oculta lo que hace.                                  

La infidelidad tiene su origen en la mente

Es por eso que el adulterio y la infidelidad empiezan la mayoría de las veces por la obsesión del hombre o de la mujer por tener relaciones sexuales con alguien que no es precisamente la esposa o el esposo.

Los que quieren ser fieles a su pareja tienen que cuidar mucho sus pensamientos para resistirse a la tentación de serle infiel a su pareja.

Es un mito o realidad que la infidelidad es la ladrona de la felicidad?

Es cierto que la infidelidad roba lo que no le pertenece?

Muchos piensan que la infidelidad se mete como zorra para destruir un hogar.

Se disfraza de hada madrina para ayudar al infiel a realizar sus fantasías pero la realidad es que el infiel al final sufrirá las consecuencias de haber dado rienda suelta a sus instintos animales.

No se deje llevar por el refrán de que ““la mejor manera de librarse de la tentación es dejarse llevar por ella”.

Eso es falso. Ciérrele la puerta a la infidelidad.

El amor verdadero no es el que da placer por unas cuantas horas.
El amor verdadero todo lo soporta, lo sacrifica y todo lo perdona.
Ese es el verdadero y genuino amor entre las parejas

Los estudios revelan que la codependencia es una manera de responder a los problemas de otros y no ocuparse de los problemas propios.

La persona codependiente vive enfocada en tratar de cambiar a su pareja y no se centra en cambiar su estilo de vida y librarse de la relación tóxica que vive con su pareja.

Las personas codependientes tienen baja autoestima y se obsesionan en tratar de que la relación con su pareja funcione a como de lugar.

Reprimen sus frustraciones y ocultan su sufrimiento con la idea de que algún día su pareja cambiará y se convertirá en el príncipe azul y dejará de ser el sapo al que la princesa de los cuentos besó para convertirlo en príncipe.

Los codependientes tienden a culparse por todo, inclusive por su manera de pensar, de sentir, de actuar y de comportarse.
Le tienen miedo al rechazo y se victimizan a ellos mismos.
Les cuesta demasiado trabajo tomar la decisión de dejar a su pareja y creen que es imposible que alguien los pueda llegar a amar y se conforman con la pareja disfuncional que tienen a su lado.

Otras caracterísiticas psicológicas de los codependientes

Se sienten muy ansiosos continuamente.
Piensan y hablan mucho de sus parejas. Vigilan a sus parejas constantemente.
Tratan de sorprenderlos a en malos pasos.
Abandonan sus rutinas, sus trabajos por centrarse en los movimientos y actividades de la pareja.
Enfocan toda su energía en sus parejas y en los problemas que tienen con ellos.
Tienen mucho miedo de que su pareja los abandone y tratan de controlar la vida de sus parejas.
No les importa que sus parejas las agredan y las golpeen con tal que estén con ellos.
Muchas veces provocan a sus parejas a ira y luego desarrollan sentimientos de culpa.
Tienden a manipular por medio de amenazas, para controlar a sus parejas.
Tratan de disculpar a su pareja ante los demás y fantasean sobre como van a mejorar las cosas mágicamente.
Algunas veces gastan el dinero en forma compulsive y comen en exceso.
Se mienten a ellos mismos y algunas veces creen estar perdiendo la razón.

La codependencia es progresiva


Las personas codependientes van de mal en peor.
Llegan a sentirse deprimidos, se aíslan y algunas veces abusan a sus hijos o son negligentes con ellos.
Pierden toda esperanza y se desmotivan para asumir cualquier tipo de responsabilidad.
Se sienten sin energía y sin ganas de seguir viviendo. Sufren enfermedades emocionales, mentales y algunas veces físicas.
Experimentan trastornos de tipo alimenticio y pueden convertirse en comedores compulsivos o se hacen adictos al alcohol u otras drogas.
La codependencia afecta el estado de ánimo de las personas, se vuelven violentos, y algunas veces piensan en suicidarse.
Parecen personas fuertes pero se sienten abandonados por todos y desamparados en la vida.
Parecen controladores y abusivos pero en realidad ellos viven presos de su propio control.

La recuperación                              

Se empieza por el desapego emocional el cual no implica separarse de su pareja pero si implica separarse de la agonía de sentirse responsable de esa persona.
El codependiente debe analizar lo que puede cambiar y lo que no puede cambiar de su pareja.
No debe tomar los problemas del otro como algo propio ni aflijirse por cosas que la otra persona hace y que no están en su poder cambiar.
La recuperación envuelve vivir su propia vida.
Satisfacer sus propias necesidades y solucionar los problemas propios. Fijarse metas y cumplirlas.
Disfrutar de la vida, amarse a ella misma.
Tener un romance consigo mismo.
Mejorar su comunicación con los demas y aprender a cuidar su aspecto físico no por agradarle a alguien mas pero por propia convicción.
Aprender a ser feliz estando con una pareja o sin con una pareja o sin una pareja a su lado.

Test sobre el síndrome de Peter Pan
Cada vez más personas sufren crisis de madurez.
Son niños grandes, egocéntricos, solterones y evitan cualquier tipo de compromiso y responsabilidad.
Sufren los síntomas del «síndrome Peter Pan».
Se trata de un «complicado salto a la madurez» para cada vez más hombres, según los psiquiatras, atrapados en la «dulce tentación» de ser siempre jóvenes.

Responda con sinceridad a las siguientes preguntas y descubrirá en qué grado padece
usted el síndrome de Peter Pan:
TEST SOBRE EL SÍNDROME DE PETER PAN
 
Cada vez más personas sufren crisis de madurez.
Son niños grandes, egocéntricos, solterones y evitan cualquier tipo de compromiso y responsabilidad. Sufren los síntomas del «síndrome Peter Pan». Se trata de un «complicado salto a la madurez» para cada vez más hombres, según los psiquiatras, atrapados en la «dulce tentación» de ser siempre jóvenes.

Conteste con sinceridad a las siguientes preguntas y descubrirá en qué grado padece usted el síndrome de Peter Pan:

1 . ¿Qué edad tiene usted? Menos de 30 o más de 50 años. Estoy entre los 30 y los 50 años.
2 . ¿Es usted soltero? No, lamentablemente. Sí, afortunadamente.
3 . ¿Cómo se siente usted? Como un chavalín. Llevo el mismo ritmo de vida que cuando era un estudiante. Como las demás personas de mi edad, ni más ni menos.
4 . En conversaciones con sus amigos... Utilizo expresiones propias de mi edad y de mi grupo. Utilizo expresiones del tipo «que pasha neng», «yo lo flipo», alucino, chachi piruli, guay, etc. y contesta al teléfono diciendo «diga melón».
5 . ¿Cuándo habla con sus amigos o familiares...? Mantengo una conversación variada y me intereso por los problemas de los demás. En definitiva una conversación normal, propia de mi edad. Hablo básicamente sobre mí y sobre mis problemas. ¿Acaso existe otra cosa más importante?
6 . Cuando se encuentra con algún amigo que hace tiempo que no ve... Me alegro mucho y hablamos de los viejos tiempos. Hay que ver que envejecido que está... cómo le pasa el tiempo.
7 . ¿Le preocupa su aspecto personal? Mi preocupación se circunscribe básicamente en no ir por la calle con la bragueta abierta. Soy una auténtica bestia parda metrosexual.
8 . ¿En los últimos dos años ha tenido usted más de dos parejas? ¡Ya me gustaría! Sigo con la misma. ¡Normal! Mis relaciones se terminan cuando mis parejas empiezan a hablar de temas como el matrimonio, vivir en pareja, presentarme a sus padres, etc.
9 . ¿Alguna de sus parejas le ha planteado alguna vez la posibilidad de tener hijos? Sí. Lo estuvimos hablando y finalmente decidimos que hasta que no mejorara nuestra situación laboral/económica/de vivienda no nos lo volveríamos a plantear. Sí, y en ese mismo momento nos pusimos a trabajar a fondo en el tema.Lo recuerdo perfectamente: Me puse pálido, me cogió un sudor frío, un escalofrío recorrió mi cuerpo y vi como mi vida pasaba por delante de mí como en una película.
10 . ¿Cuál es su tipo ideal de pareja?
Una persona que me quiera tal y como soy y con la que pueda construir una familia y un futuro común. Que sea como mi madre: Que me cuide, se preocupe por mí y me solucione los problemas.
11 . ¿Qué edad acostumbran a tener sus parejas? Aproximadamente mi edad. Siempre más jóvenes, por que viven al día y sin preocupaciones. Las parejas de mi edad están siempre obsesionadas con que se les pasa el arroz o que se van a quedar para vestir santos.
12 . ¿Qué pasó cuando sus padres le dijeron que tenía que irse de casa? Fue un momento importante en mi vida. Me ayudaron en todo lo que pudieron para facilitar mi independencia. Les estoy agradecido. Les dije lo que pensaba ellos: Que eran unos egoístas. Además, yo no había pedido nacer, por lo que eran ellos los que tenían que responsabilizarse de mi. Tener 36 años no es motivo suficiente para echarme de casa.
13 . ¿Qué hace usted cuando tiene un problema personal? Lo intento solucionar de la mejor manera posible. Llamo a mi madre o a mi pareja. ¡Ellos sí que son resolutivos!

14 . ¿Es usted una persona segura de sí misma?
Lo normal. En determinadas situaciones puedo estar un poco más inseguro pero la recupero enseguida. Aunque no lo parezca, sí. Bueno... no. Es decir... ni blanco ni negro, sino todo lo contrario.
15 . ¿Ante un problema o dificultad en su vida personal?
Medita la mejor forma de solucionarla y de hacerle frente. En definitiva, cojo el toro por los cuernos. Llamo a mis amigos y nos vamos de juerga. Es la mejor forma de olvidar los problemas 


 
 

 
 

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