Los estudios genéticos indican un mayor riesgo de morbilidad en primer grado en los pacientes bipolares. Además, los trastornos bipolares tienden a iniciarse más precozmente, van asociados con más problemas matrimoniales y alcanzan un mayor nivel de formación que los unipolares.
Los estudios objetivos de personalidad sitúan a los pacientes unipolares más cerca de las personalidades neuróticas, mientras que los bipolares, una vez recuperados del trastorno, no manifiestan rasgos patológicos de personalidad y se muestran extrovertidos, afectuosos y seguros de sí mismos.
las diferencias clínicas son poco notables, aunque se han destacado las somatizaciones y la ansiedad como más propias de las formas unipolares, y los actos suicidas como más frecuentes en los pacientes bipolares.
En defensa de la separación de ambos trastornos se destaca aspectos clínicos comunes y otros diferenciales. Entre las características comunes se refiere: curso periódico, número de fases limitadas, episodios breves, extensión constante del episodio, acortamiento de los intervalos sanos y extensión de la primera fase independiente del isómero de episodios posteriores. Entre los aspectos diferenciales se destaca que los trastornos bipolares se manifiestan más precozmente, son episodios más cortos y presentan recaídas más frecuentes, períodos entre crisis más cortos y un índice menor de frecuencia que las formas unipolares.
Desde un punto de vista fisiológico, la amplitud media de los potenciales visuales tiende a estar aumentada en los depresivos bipolares respecto a los unipolares, esquizofrenias y normales. Por otra parte, la excreción de 5-hidroxicorticosteroides,
Parece demostrado que la respuesta a la terapéutica o a la profilaxis con litio es más evidente en bipolares, los cuales tienen una mayor sensibilidad para pasar a estados maníacos por medicación antidepresiva.
Abundando en la conflictividad del tema, destaca el hecho de que algunos autores en los últimos años han planteado la posible existencia de dos tipos de depresión unipolar, uno sensible a la terapéutica con tricíclicos y otro más cercano a los trastornos bipolares, que responde a las sales de litio. También se ha sugerido la subdivisión del grupo bipolar en dos subgrupos: I (hospitalización por manía) y II (hipomanía sin requerir hospitalización) (Dunner y cols., 1983), aunque posteriormente se han añadido otros: III (manía farmacógena), IV (ciclotimia), V (depresión con historia familiar de trastorno bipolar) y VI (manía unipolar) (Klennan, 1981). Es cuestionable y abierto a la investigaciónasimismo, el número de fases depresivas que se requieren para ubicar a un paciente en el grupo unipolar.

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