Mané Castro Videla - Mujer Poeta y Artista Plástica Argentina - Española

viernes, 29 de abril de 2011

Polvo y ruinas de Marisa Aragón Willner

Es tarde-

No me caben en los bolsillos más que mansiones destruidas

fagocitándose unas a otras, servidas como entremeses

alentándose mutuamente a su última visión en ruinas

mansiones sobrevivientes, bastiones imperfectos

lucen erguidos con reflejos de tigres en los ojos

imperios alicaídos , doblegados , cenicientos

desanimados, bermejos y morados

casas de mis virtudes donde hoy se desparraman

tristemente el odio y la pereza

y gruñen su ingratitud de perros moribundos

los despojos indolentes a su presencia

ah, cómo cabalga la ausencia empedernida

llega a puentes colgantes y se inclina ante los arcos

deprimida fuerza el estandarte, de hielo los guerreros

de espinas los quebrantos , se yergue

sin corona , espada , puñal que la asesine

¡cómo duele la última sangre que escurre traicionera

herida estoy junto a los hornos de pan de los egipcios

huelo a la harina de todos los proverbios

de los salmos, de los jeroglíficos que perduran en el desierto.

Tarde ...en mis bolsillos no me caben más que ruinas, qué tristeza!

II

Me empolvaré las manos

lo intentaré de nuevo , la vida no es remanso

arriar lo que ha caído en esos pozos

de incertidumbre y miedo al borde del abismo.

compleja con sus ojos de abisinia

lamentada y grotesca soy la gitana naufraga

antes de este siglo, la asesina de sueños

hoy el estilete elevado baja a la garganta

y se clava en el cimiento de mis ruinas

¡qué esclavitud me aguarda

por ansiarla otra vez altiva en el altar del viento

sin sentir su desazón de espina aún clavada

donde el pecho aún ejerce su latido que emigra

a los equívocos del canto de las alondras envenenadas

por Caínes de fuego que nos habitan!.

III

Seré otra vez el Pedro de la historia

y será la voz de Dios marcándome la piedra

aquí levantarás mi iglesia , la de mis sueños

eso dirá y frente a esos altares

serán mis manos garras de águila poderosa

y el limo, una amalgama rutilante y extensa.

Dios, si me pensaste árbol, guíame hacia el bosque

si pinar o abedul , oriéntame los vientos

si me pensaste ave , puéblame de cantos

haz de mi ronquera hoy una garganta dulce

quítame las amenazas, la noche, las tristezas .

Quítame de los bolsillos mis hogares en ruina

quiero regreses al día en que hiciste el hombre

devuélveme las virtudes perdidas, la niña,

la que cantaba a los mares y a su espuma

cuando traía de regalo almas coralinas.

¡Quiero de vuelta tocar esas orillas!

se han desgastado sus rocas milenarias

quiero sentarme al amparo de la noche

a mirar constelaciones

¡en mi cuerpo sediento de milagros

tiende tu lienzo de estrellas

espárcelas sobre mi en asimétrica sábana!.

IV

Oh Tierra!, madre oscura y fértil

se nutren las raíces en tu vientre

Tú nos das luz y nos ocultas en tu seno

cuando el latido se detiene para siempre

Tú te llevarás mis ruinas y mi polvo

y arreciarán las noches azules imprevistos

Tormentas que vendrán, tal vez tendrán tus ojos

Manifiesto de justicia impreso

en lápidas desvanecidas en silente apoteosis

como estatuas ancladas en tormentas.

V

Me miraré las manos con locura

tal vez imaginando que un día fueron hábiles

que armaron barcos

guiaron caravanas

recogieron cosechas

dinamitaron piedras

acunaron niños

inventaron el amor

fueron milagro en las espaldas

hicieron música con las falanges enamoradas

hicieron de la arcilla un hombre y del hombre mármol

hicieron de la vid el vino y del vino la fiesta de las pieles

hicieron un pan terso y crujiente

para el hambre de mil hambrientos ángeles desnudos.

Tú los viste...

Mis huellas desgastadas hablarán de mis pecados

algunos más antiguos, otros ya borrados

dirán de mis mentiras, de mis ocios ,

mis cínicas tramas , mis tragedias

mi Hiroshima ardiente

y mis calvarios.

¡Más no te digo porque sé que Tú los viste!

mis manos serán perdonadas porque amaron

VI

Guárdate tus ruinas, me dirá la Muerte

mantiene tu poder y no seas esclava

es repentino y magro el darse cuenta

que a la puerta de Dios estás llegando.

Trémulo llanto me sacude de esta Vida

me juegan los deseos fecundos otra gris mentira

me esconderá la tierra con los cuerpos amados

me esconderá de los crueles , de los indiferentes

compartiré la tierra con los frutos , las raíces

las antiguas mujeres ya enterradas

una mujer más entre tantos restos milenarios

VII

Tenía que suceder

llega el día, me expulsan del sistema de la Vida

se acaba la delicia de carrusel de luces

el agua de sabores que mi boca bebía

la carne de cordero para mi hambre urgente

esos abrazos uno a uno recordados

los trenes, los hoteles, los aviones

el cruzar las calles corriendo , la lluvia

llorar bajo el paraguas, unos ojos que invitan

a correr a tientas tocando muros mojados

con el deseo cuerda, hilo tensando la espalda

Esa necesidad urgente de volverme pájaro

cuando canten los árboles su nana emocionada

esos vagones colmados que llevaron mi alma

que te lleven conmigo, amor mío

con mis secretos y mis lirios

a viejas prisiones , a las alambradas , a los nudos

de las piedras de Sísifo colgada de los cuellos

de los cisnes humanos prohibiéndoles ser amantes

esos cuervos traicioneros que trasladan germen

y devuelven huesos expulsados y ojos de niebla

que ya no miran horizontes y olvidan el respiro

Iré en esos mundanos transportes hacia la Nada

Olvidaré con los oleajes castigándome los costados

del cuerpo, olvidaré

el satén de mi cama, mi almohada abriga sueños

Los amores clandestinos y los limpios

Olvidaré los lenguajes que he perdido

para hacer inocente mi lengua que ha expresado

mi poema de amor errante en el pueblo de los oídos

donde no desafine la melodía de mi alma

Y mi lengua será perdonada



VIII

Usaré el pie descalzo para el viaje

El pie llagado, desnudo, donde se lean las rutas

Las incertidumbres y los relojes de la vida en las plantas.

El izquierdo con la muerte lenta, intraducible

El derecho maldiciendo ser el que guía la marcha

de las caravanas

el que bendice esclavos que castiga otra mano

que dirige el látigo.

Mi pie será perdonado....



IX

¿Qué saben de mi los que no han visto las antorchas

que iluminaron mi viaje, mi sendero, qué saben?

¿ Qué saben de mi los que no besaron mis labios

ni acariciaron mis sienes ni mis manos ?

¿Cuál será el desespero final para mi viaje

recorriendo el andén de los pasos heridos?

¿Cuál será la última melodía que me atrone al oído

el último poema que me ronde la memoria vacía?



X

Cuando ya no sea poeta, ni pescador, ni minero

Ni labriego, ni pintor ni maestro

Ni mujer ni hombre

Ni pastor de rebaño

Y solo una lluvia refresque todo lo antes contenido



En mi arena, en mi arcilla , en mi humus ,en mi lodo

Ahí cuando ya no sea

Ni flor, ni vid, ni labio, ni perdida ni errante

Solo un ave buscando la rama de olivo

Al pie de las últimas islas

En el bostezo primordial de los manglares

En las ensenadas

de los barcos de vela no encallados

y me silben los cantos de los vientos

a mis ojos, a mis labios, a mis oídos atentos

a lo que de mi transita sobre los días

aún con el vestido gastado

la cintura tatuada galopando noches

entre los coletazos de la luna

azotando las piedras con su brillo

muriéndome como una golondrina exhausta .

Allí

cruzándome los mares

superando el oleaje

llegaré al pie de los arrecifes

con piel de ángel o corazón de escamas

me sentaré en la piedra consagrada

dejaré el proscenio de los elegidos

y olvidando el norte que marquen las brújulas

desecharé el reino de los estuarios ciegos

que me negaron todas las promesas , ahí

cuando prefiera la arena de las multitudes

al oropel fastuoso

el pectoral de oro los pendientes

la mano con anillos de Saturno

la túnica de seda , la corona

estarán la tela de mis velas con lienzos de horizontes

y mis sandalias mágicas de pescador

atizando las brasas de los últimos fuegos...



XI



Así desnuda de esperanza

Con la muerte de los sueños que un día me habitaron

clavando mi cayado llegaré al pie de los acantilados

y en los signos amargos de las noches vacías

enterraré mi ala rota, estos versos heridos

el cuerpo perdonado

la garganta hambrienta de silentes bajeles

y los brazos hartos de flores impacientes

sobre la rama donde tiembla el canto de un ruiseñor....





En el borde de las piedras abismales

y besando la misma grieta donde he nacido

hundiré mis cabellos en el mar de los tiempos

para escuchar la última voz , el último alarido

el cuerpo que se despeña en el océano frío

y no habrá motivo , deseo o ilusión que me rescate

si el fuego de mi corazón herido va de muerte

y llevo en los bolsillos el polvo de mis ruinas…

Las sombras de mi estatura caminaran sensuales

moviendo sus caderas hacia la ciudadela de Alepo

donde domina el río la mirada del Sol

y llegará a mi piel el fuego pasional de los volcanes

incendiándome los ojos en el último adiós.

Marisa Aragón Willner
Código: 1002085480561
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Una y otra vez vuelvo a leerlo mi bella Marisa
Polvo y ruinas es lo que me habita, reconozco ese desgarrarme, en cada letra de tu palabra
Intenso y profundo dolor me alcanza vistiéndome en el ayer
Instantes interminables en que las alas del ángel negro roza la desnudez del cuerpo  destrozándome todos los tiempos
Uno es viento de locura escapándose de las danzas esclavas de las manos
Uno es.
Es el alma trascendiendo más allá de las estrellas…
Celestial canto nos une y nos abraza sosteniéndonos, la mirada y la palabra.
Por siempre mi querida amiga
Mané