miércoles, 5 de octubre de 2011
Memoria emocional
"Si el ser humano no tropieza más veces con la misma piedra es porque tiene memoria del pie, de la piedra, del tropiezo y, sobre todo, del dolor que le produjo.
La memoria es la capacidad de codificar, almacenar y recuperar información .
La emoción es un proceso en el cual sentimos que algo importante para nuestro bienestar está ocurriendo , por lo que se desata un conjunto de cambios fisiológicos y del comportamiento.
La memoria emocional es la capacidad de adquirir, almacenar y recuperar información relacionada con la emoción.
El psicólogo suizo Édouard Claparède describe un caso que ayuda a comprender el significado de la memoria emocional .
Claparéde veía a una mujer que había perdido la capacidad de formar nuevas memorias personales.
Una lesión cerebral le impedía recordar cualquier evento ocurrido después de la lesión.
Todas las personas que la mujer había conocido después eran olvidadas a los instantes, y cada día Claparéde debía presentarse a su paciente sin que ésta tuviese ningún registro de haberlo visto con anterioridad.
Su memoria episódica, la relacionada con los conocimientos de hechos vividos, estaba destrozada. Un día Claparéde pensó en implementar una nueva estrategia. Escondió un alfiler en su mano derecha y, cuando saludó a su paciente, ésta recibió un pinchazo.
En la siguiente sesión, la paciente seguía sin recordar quién era Claparéde pero había un notable cambio: la paciente se negaba a estrechar la mano del psicólogo.
Si bien ella no recordaba el evento sucedido, otro tipo de memoria estaba actuando : una memoria que le permitía asociar esa persona, no con un evento, sino con una situación emocional.
El conocimiento explícito de las situaciones dependen de una estructura llamada “hipocampo” mientras que la memoria emotiva dependería de una estructura muy cercana denominada “amígdala”.
La paciente tenía dañados sus hipocampos pero sus amígdalas seguían activas, recolectando información emocional.
La emoción es un mecanismo adaptativo que tiene como objetivo la supervivencia del individuo.
El recuerdo, ya sea conciente o inconsciente, de situaciones emocionalmente significativas tiene como finalidad el protegernos frente a situaciones amenazantes.
Si metimos un dedo en un enchufe y tras ello recibimos un shock eléctrico, el recordar con miedo esta situación nos protegerá de cometer otra vez el mismo error.
Este simple mecanismo, el de asociar un estímulo con una emoción particular, nos permite que frente a la presencia de ese estímulo o a cualquier indicador del mismo nuestro cuerpo reaccione con dicha emoción avisándonos, de alguna manera, del peligro probable.
Lo mismo ocurre con estímulos placenteros y emociones positivas.
Diferentes investigaciones demuestran que las mismas respuestas emocionales se producen cuando uno experimenta directamente el estímulo aversivo del daño, que cuando uno se enfrenta a un estímulo aversivo observado en otros como dañino o sobre cuyo posible daño nos han informado.
Esto hace de la memoria emocional un mecanismo eficiente. Recordamos mejor aquellas cosas que tienen un contenido emocional dado que estos recuerdos suelen ser importantes para la supervivencia y la autopreservación.
Las emociones tienen un valor adaptativo y la memoria de ellas nos protegen frente a situaciones que amenazan nuestra supervivencia o bienestar.
Los ojos bien abiertos y el recuerdo de lo que nos hizo bien y lo que nos hizo mal nos ayudarán a evitar los tropiezos sabiendo esquivar a tiempo las piedras del camino.
Y a disfrutar del viaje, que de eso se trata andar...
Dr. Facundo Manès
Instituo congnitiva
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