Chogyam Trungpa, maestro budista de Meditación, forjó el concepto de “compasión idiota”: el equívoco que nos lleva a perdonar una mala actitud del otro, movidos por la compasión, propiciando su reincidencia. Podemos sentir que alguien se está equivocando cuando decide hacer el mal, y por ello sentir por tristeza por él, incluso compasión por el sufrimiento que esa persona produce en sí misma y en los demás. Pero permitir que los demás hagan cualquier cosa porque nosotros no tenemos coraje para ponerles límites no significa, ciertamente, ser compasivos.
Si una persona es violenta, lo compasivo no es tolerar la agresión, que por lo demás se alimenta a sí misma.
Si logramos poner un límite a la situación enfrentaremos reacciones de enojo y obstáculos para sostener nuestra decisión, pero es lo más compasivo que podemos hacer por los demás, por difícil que resulte.
No nos agradecerán, dice Trungpa, y no quedarán contentos, pero estaremos dando una oportunidad a que ellos tomen conciencia o a que trabajen sobre su parte en el problema.
al vez comiencen a hacer lo que necesitan.
Podemos sentir amor hacia otro, tal vez simpatía o empatía, podemos desearles felicidad a los demás.
Pero la compasión es desear a otra persona que se libere del sufrimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario