El Solsticio de Verano constituye una de las fiestas más antiguas, emanada de las celebraciones paganas y cristianizada como Día de San Juan
La jornada marca la cima del poder del dios solar, el día más largo antes de su declive y "muerte" en el solsticio de invierno. Corresponde al 24 de junio, aunque en el hemisferio septentrional el solsticio cae en o cerca del día 21.La noche del solsticio de verano es uno de los momentos más místicos del año, cuando en el aire bullen todo género de magia y de encantamientos
Las ninfas recorren los parajes, y por donde pasan surjen las flores. Espíritus y hadas salen para mezclarse con los seres humanos, se divierten en torno de las hogueras y recurren a toda clase de trucos
Gustan de visitar ciertos lugares mágicos, como las Piedras Rodantes de Oxfordshire (Inglaterra); surgen de un agujero próximo a la Piedra Reina y bailan en torno del círculo
En la víspera de la Noche de San Juan, durante el solsticio del verano, cuando se abren los portales hacia los otros mundos, el pueblo de las hadas festeja alegremente bailando en ronda en el claro del bosque
Según el cálculo de los Druidas, la noche del solsticio es la más encantada del año.
Durante el ritual de la danza, la ronda de las hadas va tejiendo un nodo de poder que transmite sus reberveraciones por toda la tierra.
De esta forma se renueva la energía cósmica y los mundos paralelos se alínean nuevamente siguiendo el ritmo de las mareas astrales.
Pero cuidado: cualquier humano que se una a la ronda se verá obligado a bailar con ellos para siempre.
Un resplandor blanco se mueve entre ellos, un velo enorme como de gasa estrellada " (La Dama de Avalon - M.Zimmer Bradley)
Cuando algún curioso espía a las hadas bailar es arrastrado por la energía del corro y ya nunca más logra regresar.
En el momento en que las estrellas se detienen a la medianoche, se escucha el poderoso sonido del gran cuerno que esparce su poder por el negro cielo, aumentando el volumen como si recogiera fuerza de la misma noche, llenando la oscuridad con una música tan profunda como si las estrellas respondieran con su eco.
Las filas de bailarines comienzan a moverse en el sentido del sol formando círculos, entrecruzádose y separándose continuamente. A medida que la melodía avanza, los bailarines tejen una y otra vez la energía de la ronda.
El flujo de energía del coro comienza a aumentar.
La luz que desprenden los cuerpos es una manifestación de poder que está creándose a medida que la danza se acelera
Cuando el ritmo se potencia parte de la energía del corro sale disparada desde la circunferencia hacia el exterior. Entonces, la energía levanta olas aturdidoras que irradian un aura mágica iluminando los mundos.
La poderosa energía que irradia suspende el tiempo humano trasladando a los bailarines al tiempo mágico del mundo féerico.
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